¿Qué recuerdo, qué nervio, qué voz parcial
Cuando en el fin me ofrezco, cuando me reconozco
Y caigo saboreando el sufrimiento, desabrocha
Tu presencia de niebla, como una mano experta?
Quiero todavía, compañera; quiero hoy
Una oleada más
De tus quebrados labios que se alejan
Me olvidaré de mí al límite de tus aristas
Extendiendo este rapaz submundo que acaricio
Si al caer mi beso total sobre tu piel de lluvia
Siento en su dolor un día más
Una hora, un segundo
Contigo
Así, casi sin superficie, volcado y libre
Sobre esa caracola de sangre tuya y mía
Confundo el mar silencioso que me explora
Y esos ojos antiguos que me cierran
Con una voz dulcísima afirmando
Que la muerte es un beso
Y será inútil que vosotras, una a una
Ondas de sombra
Vosotros cinturones, apretéis mi corazón de luz
Hasta lo negro
Porque yo despertaré para ti completo cada día
Completo y frágil siempre
Así, casi sin superficie, volcado y libre
Sobre esa caracola de sangre tuya y mía
Confundo el mar silencioso que me explora
Y esos ojos antiguos que me cierran
Con una voz dulcísima afirmando
Que la muerte es un BESO