A solas con esta hueca órbita del blanco
Pueden mis ojos portarse como avispas
Como raíces de una sed transparente
Naufragando en sabor de porcelana
Respiras con tu pobre diario
Y una piedra espantosa en la laringe
Me llenas de cerraduras infieles a la sangre
Que se remacha hostil por las paredes
¡Ay, pobre patria de cuatro muros blancos!
Este dolor de cebolla
Contagioso; este espolón que hace saltar el pecho
Este escozor de bajo vientre
Llena de hostigos tus brazos, y de estiércol
¡Ay, pobre patria de cuatro muros blancos!
No; yo no puedo sentirte como tú me quieres
¡Tal vez, si me pudieran fusilar tus pensamientos
Consiguiera amarte por entre los boquetes!
No
No puedo sentirte como una luna cúbica
De leche compañera siempre encima
Soy mínimo en ti; baja demasiado
Tu corazón de nieve almidonada
No pienso más que en mancharte de ceniza
O acabar con tu vida de un plumazo
Sólo puedo sentirte con venas en la rabia
Venas en los dedos, como arañas potentes
Que te graben la piel de goterones negros
O de insultos
Con niños ahogados o pezones o costuras
Que te mojen la lengua con agua de cristales
O agudas pestañas de material soñado
¡Ay, pobre patria de cuatro muros blancos!
No; yo no puedo sentirte como tú me quieres
¡Tal vez, si me pudieran fusilar tus pensamientos
Consiguiera amarte por entre los boquetes!
Tengo demasiada luna enfrente; demasiado celo
De un inexperto abrazo que asfixia las arterias
Y pierdo la sangre, irremisible -beso a beso-
Mientras mastico arena
Sangre como el jarrón vacío: flor derramada
Por tus cuatro verticales; por tu saliva
Vestida de mortaja; por esa inagotable lluvia
De cal afeminada que me desmaya vivo
Cuando precipito la mejilla; cuando
Sencillamente aprieto el puño y veo tu retrato
Como una risa muerta, salpicando los rincones
Con un triste vinagre podrido de silencio
¡Ay, pobre patria de cuatro muros blancos!
No; yo no puedo sentirte como tú me quieres
¡Tal vez, si me pudieran fusilar tus pensamientos
Consiguiera amarte por entre los boquetes!!