Te hablé con las manos vacías
Con la voz empapada en un"lo siento"
Te busqué cuando el miedo me urgía
Cuando el agua llegaba hasta el cuello
Fingí que podía olvidarte
Como un niño escondiéndose a plena luz
Corrí por callejones sin salidas
Pero tu voz siempre me encontró
Y aunque he jugado a perderme en la niebla
Sigues dejando la luz encendida
Cuando clamo me das la respuesta
Aunque a veces disfrazada de esperar
Y me sigues amando, a pesar de todo
Cuando tropiezo y me hundo en el lodo, me sigues llamando
Aún cuando escapo, cuando en mi orgullo decido alejarme
Y me sigues amando, aunque a veces me escondo
Aunque vivo cayendo y me quiebro en mis sombras
Tu amor es un río que nunca se agota
Aunque mi fe sea un susurro en la tormenta
Hubo un tiempo en que ardía por ti
Te nombraba en mis charlas, te llevaba en mi piel
Pero guardaba secretos que no te contaba
Como si a ti se te pudiera engañar también
Le di tregua al pecado y le abrí la puerta
Me alejé sin mirar hacia atrás
Pero en cada caída, en cada tormenta, sigues esperándome
Como si nunca me hubiera ido
Y cuando todo me duele en el alma
Y el miedo me rompe en mil pedazos
Cuando me acuerdo de ti, entre lágrimas, ¡sigues ahí!
Como si nunca me hubiera ido
Y me sigues amando, a pesar de todo
Cuando tropiezo y me hundo en el lodo, me sigues llamando
Aún cuando escapo, cuando en mi orgullo decido alejarme
Y me sigues amando, aunque a veces me escondo
Aunque vivo cayendo y me quiebro en mis sombras
Tu amor es un río que nunca se agota
Aunque mi fe sea un susurro en la derrota
Si me dices"sí", te alabaré
Si me dices"espera", confiaré
Si me dices"no", aunque duela
Sé que tienes algo mejor para mí
Tu gracia me persigue sin descanso
Tu misericordia no conoce final
Como el padre al hijo pródigo
Corres a mi encuentro una vez más
Y me sigues amando, a pesar de todo
Cuando tropiezo y me hundo en el lodo, me sigues llamando
Aún cuando escapo, cuando en mi orgullo decido alejarme
Y me sigues amando, aunque a veces me escondo
Aunque vivo cayendo y me quiebro en mis sombras
Tu amor es un río que nunca se agota
Aunque mi fe sea un susurro en la derrota
Señor, aquí estoy otra vez
Con las mismas heridas, con la misma piel
Pero esta vez no quiero soltarme
Porque sé que siempre, siempre, siempre, me sigues amando