Ayer traje una playa a mi escritorio
Para dormir mi insomnio en ella.
Hoy la guardé en mi buró
Para que dejaras de seguirme.
No quería sentirte en mi cama,
No quería que reptaras en mi espalda...
Y me asusté al encontrarme en tu veranda,
Acariciando tus mascotas depravadas.
Mientras mojábamos nuestros pies,
Mostrabas tu pulgar a las balsas
Y rogabas que nuestras esculturas
No se las llevara el mar.
Anoche traje una playa a mi casa
Para dormir mi insomnio en ella.
Hoy la extendí sobre mi escritorio
Para adornar su aridez.