En el mármol del imperio donde el oro se derrama
Un joven alzó su corona buscando el alma del drama
Las calles resonaban con himnos de su poder
Pero los dioses callaban ante su sed de querer
¡Arde, Roma, en el canto de un tirano!
Las llamas bailan al ritmo de su mano
En la locura encontró su perdición
Y en las cenizas quedó el lamento de Nerón
La furia del pueblo llegó con el amanecer
Y los senadores conspiraron sin temer
Soy arte y fuego, soy César inmortal
Pero el fuego que creó lo consumió sin piedad
La daga fría cortó su ambición
Y la historia lo juzgó sin redención
¡Arde, Roma, en el canto de un tirano!
Las llamas bailan al ritmo de su mano
En la locura encontró su perdición
Y en las cenizas quedó el lamento de Nerón
La daga fría cortó su ambición
Y la historia lo juzgó sin redención
¡Arde, Roma, en el canto de un tirano!
Las llamas bailan al ritmo de su mano
En la locura encontró su perdición
Y en las cenizas quedó el lamento de Nerón
Roma renació, pero nunca olvidó
El fuego y la tragedia que Nerón desató