En un día en el malecón todo cambió, con ocho años tuve que dejarlo todo
La escuela vacía, el hambre al sol, mi maestro sin fuerzas, sin futuro, sin voz
Los libros cerrados, sueños que no vendrán, en Cuba el mañana se ahogó en el mar
Una balsa rota, esperanza al viento, pero en mi pecho aún queda el aliento
El mar me llamó, no había vuelta atrás, tiburones rodeaban nuestra libertad
Los que partieron ya no regresaron, el mar los llevó, pero su huella en las olas sigue vibrando
Yo soy el marcerito, el que el miedo enfrentó, entre las olas y la sombra mi fe navegó
Aún escuchaba los gritos de aquellos que se fueron, me acompañaban en silencio mientras seguía mi sendero
Mi madre rezaba, mi padre sin llorar, con la mirada perdida buscando un hogar
Tantas noches sin luna, solo frío y sal, pero el mar nos decía tienes que llegar
El miedo en los ojos, pero no en el corazón, cada ola un paso hacia la salvación
El mar me quitó todo, pero algo me dejó, una vida nueva, aunque la cicatriz nos sanó
Yo soy el marcerito, el que nunca se rindió, navegando entre recuerdos y sueños
Yo soy el marcerito, el que nunca se rindió, navegando entre recuerdos que el agua tragó
Aunque el dolor me acompañe en este lugar, no me arrepiento porque aprendí a luchar
Mis amigos quedaron bajo el cielo gris, sus nombres en el viento, su vida sin raíz
Pero yo les canto porque aún estoy aquí, por los que no llegaron, hoy canto por mí
Yo soy el marcerito y nunca olvidaré, las olas me llevaron pero encontré mi fe
Con ocho años mi vida cambió y aunque dejé Cuba, en mí siempre quedó
El marcerito mira el mar, recuerda lo que dejó atrás
Cuba en sus venas, el dolor en su hongar, pero en cada paso sigue aprendiendo a remar