Dicen que un duende travieso
Quizas el mismo coquena
Le hizo con huesos de condor
Para que juegue una quena.
Dicen que sobre los cerros
Pastoreando los rebaños
El huayra le gano el pecho
Por eso bajo soplando.
Dicen que es hijo de un viento
Que se llego hasta humahuaca
Y que invento mil sonidos
Por jugar entre las cañas.
Dicen que el dios lo protege
Y le enseña melodias
Para que todos los duendes
Jueguen a las escondidas.
Dicen que guarda en su quena
Magias y sabidurias
Y sus notas se transforman
En coyuyos y en urpilas.
El dia de su partida
Cuentan los viejos amautas
Que el viento bajo a buscarlo
Por un camino de llamas.
Una orquesta de angelitos
Sopla con todas sus fuerzas
En sus pequeñas zampoñas
Un requiem para su ausencia.
Dicen que se fue muy lejos
Pero que nunca se ha ido
Cada vez que sopla el viento
Siento su quena conmigo.