El error de las metáforas es que no se entienden siempre
La pintura no se extiende
Los versos sobre el lienzo
Mordidos por las liendres
Seres movidos por el miedo a lo distinto
Las fronteras se te escurren
Qué es real y qué confunde
Quién se muestra y quién se esconde
Creemos, creamos, destruímos
Del miedo a perder nacimos
Vivimos en un mundo de ladrillo
Las montañas que conservan tus latidos
Te he comprado mil millones de racimos
Una granada, y una carta de cupido
Y le he escupido, mi corazón ya es negro
Como el pulmón que me ha parido
He patinado y he perdido
He destruido lo prohibido, por mis sentidos
Y aún he seguido, cayendo en ese ritmo
Siempre en lo mismo
Y cuento las caras, desde las gradas
Ya no me agradas, escamas me escaman
Dame más cancha, agarra la espada
Probé el infierno, en pícado sin alas
Sécala, sácala, escala las sábanas
Siémbrala, súbela, habichuelas mágicas
Síguela, parala, ya no queda nada más
Escúpela, esculpela, palabras frígidas
Palabras frígidas
Extiendo mis raices en el nombre de los mártires
Regalo caricias que no dieron a nadie
Escucho latidos de corazones frágiles
Recargo las balas de grandes calibres
Dios nos libre, liberanos de ser posible
Puede ser que ser sea más fácil que morirse
Prefiero la vida de un colibri, que la de un sastre
Sangre por sangre no es sangre de nadie
Sangre por sangre no es sangre de nadie
Esto es la nada, esta es la nada
No tengas miedo a la nada
Esto es la vida, esta es la vida
No tengas miedo a la vida