Entre discursos interminables
Vi ceñir a mi sombra los fragmentos de un ayer
La palpitación que resiste
No es más que un puñal inquieto
Ávido de sueños
Reflejado entre la escoria
Vi el mundo cual cristal indefenso
Mi cara nunca cambió
Un recuerdo, un rostro, un pálpito
En este pecho nunca escampa, nunca escampa
La balanza se inclina del lado más triste
Porque la memoria carga el peso del olvido
Del propio olvido
Entre mentiras, adagios y corazonadas
No hay piel que resista desnuda a la verdad
En mi corazón una tormenta por cada nombre
En este pecho nunca escampa
Glorificando los engaños, días grises de estos tiempos
La verdad se nos esconde. La verdad ya no es tal
¡La verdad ya no es tal!
En este cielo de mis sombras no habrá más que tormentas
La humedad toma este cuerpo hoy