Yo pensaba que podía dominar la situación,
y ahora vengo a darme cuenta de mi error.
Suponía que tenía controlada la emoción,
pero soy como una nena en camisón.
Pretendía ser mi guía...
¡siempre termino en el mismo callejón!
Y es que a cada nuevo intento
ya ni yo me creo el cuento
de que vaya algo a cambiar,
y así me entrego al baile sin pensar.
Tanta alegría seguida me va a hacer mal (calma, calma...).
Vengo con un ritmo que no puedo pilotear (no puede pilotear...).
Tanta alegría seguida me va a enfermar (calma, calma...).
¡Por este camino voy seguro al hospital!
Tanta alegría seguida me va a matar (calma, calma...).
Mejor sería que abandone el carnaval...
pero aunque prometa y prometa
ponerme a hacer dieta
me falta voluntad...
el hambre me termina por ganar...
Y así... pasa el tiempo, gira el mundo
y sigo siempre igual.
Soy una víctima de mi debilidad.
Pasa el tiempo, gira el mundo
y sigo siempre igual.
Soy una víctima de mi debilidad.
Calma, calma, calma, calma, calma, calma, calma, calma...