Las tardes que te debo
Las llevo cosidas en la espalda
Deshabito labios podridos de besos sin amor
Caricias falaces
Que ponen nombre al azar
Desando quimeras de celo y viento
Entrepiernas humeantes
Vericuetos de trasnochador obstinado
Me juego en un volado tu historia
Trueque de ficciones que deje de comparte
Las tardes que te debo, me las bebo en cualquier barra
Enamorado hasta el cuello mientras dure la madrugada
Tu nombre se lo regalo a los bancos, a las aceras desiertas
Al perro que tirita junto al fogón callejero
A las migrantes lozanías que con sus chapetes
De artificio contemplan la embriaguez de mi odio
Acostumbrado a nombrarte, te hundo y te despojo
Le quito a mi voz y al recuerdo los fonemas precisos
Le quito a mi voz y al recuerdo los fonemas precisos.