Mueren ye las ilusiones del ayer,
Qué sacié con lujurioso amor,
Y muere también, con sus promesas crueles,
La inspiración que un día le brindé.
Con candor el alma entera yo le dí,
Pensando en nuestro idilio consagrar,
Sin pensar que ella lo que buscaba en mí
Era el amor de loca juventud.