El suelo se abre bajo mis pies
Haciéndome perder el equilibrio
Espinas desgarrando mi piel
Se hunden en mi carne sin piedad
La sangre fluye como un caudal
Llevándome consigo hacia el averno
Ecos de un pasado infernal
Retumban con fuerza en mi cerebro
Velas amenizan mi funeral
Esperando a las campanas que comiencen a sonar
Sombras del deseo carnal
Distorsionan el pilar de mis sentidos
Almas de aparente bondad
Me empujan hacia el fondo del abismo
Rostros miran bajo el cristal
Burlándose de mí mientras me hundo
En el barro, imposible escapar
Desnudo en un lago de cianuro
Reza por mí
Reza por mí
Ven a por mí
Ven a por mí