No muere el que se va, sino el que se olvida
Querido Wilson Martin, nos vemos en la otra vida
Estancado en sus ayeres, en continuo movimiento
Redimido en sus placeres, girando en sus pensamientos
No existo si no estás, y ya no hay nada más
Y ahora sí, querido Wilson Martin
Solitario en el desierto de la selva te perdí
Querido Wilson Martin,
Encerrado como un genio en su botella de Aladín
Pasó años en el hospital, y nadie le iba a ver
Más tarde ya entre rejas, quién se acordara de él
Y tras su funeral, todos le olvidaran
Un poeta de botella, naufragando a la deriva
No existo si no estás, y ya no hay nada más
Y ahora sí, querido Wilson Martin
Solitario en el desierto de la selva te perdí
Querido Wilson Martin,
Encerrado como un genio en su botella de Aladín
Querido Wilson Martin, trovador en las aldeas
Sale a cazar por la noche, vigilando a las estrellas
Aparentemente herido, es hijo de la pobreza
Desolado y abatido entre la duda y la certeza
Y ahora sí, querido Wilson Martin
Solitario en el desierto de la selva te perdí
Querido Wilson Martin