Abigail, ¿escuchas mis delirios?
En mi mundo solo yo cuento el resto son escombros
Mis planes son arte en mi odio una sinfonía
Los puros y los inocentes son mi fantasía
Mi deseo es cruel, mi corazón es vacío
Cada engaño, cada manipulación, un ritual divino
Ellos son las piezas, un juego divertido
En su sufrimiento busco lo que nunca va a aparecer
Cada grito, cada llanto, es un tributo a mí mismo
Sus desesperaciones más sentido a mi juego
Abigail, tu silencio es el motivo de mi actuar
En tu indiferencia encuentro mi propio ritual
Soy un tirano en busca de una emoción que no se puede medir
El dolor ajeno es, mi alimento mi razón de existir
Abigail tu pasividad es el espejo que quiero mirar
En la oscuridad de mi alma busco sentir lo que quiero vivir
Busco el placer en el sufrimiento al abrir
Su pecho, me gustan sus miedos, pero no siento nada
Yo sigo, a ver si hoy, si logro sentir
En mi mente, los gritos son música para mi alma
El caos es mi arte, mi propia calma
Abigail, tu silencio altera mi voracidad
En tu frialdad encuentro mi propia realidad
Soy un tirano en busca de una emoción que no se puede medir
El dolor ajeno es, mi alimento mi razón de existir
Abigail tu pasividad es el espejo que quiero mirar
En la oscuridad de mi alma busco sentir lo que quiero vivir
El control es mi arma, el miedo, mi herramienta
Cada lágrima ajena es, una victoria lenta
En mi egoísmo extremo, encuentro mi sentido
Yo sigo a ver si hoy, si logro sentir
Soy un activador, en busca de una emoción insaciable
Cada acto de crueldad, es un grito inmutable
Abigail, en tu silencio, mi alma se desploma
Y en la oscuridad, mi propia sombra se asoma
Selene, mi guía, el poder me consume
Cada acto cruel es una obsesión que se resume
En tu indiferencia encuentro mi verdad
En el frío sentimiento encuentro mi propia maldad
En esta noche interminable, el vacío es mi hogar
Mi egoísmo es mi guía, mis cuchillos, mi altar
Abigail, el reflejo de mi propia condena
Quiero el sabor, que a mi alma envenena
El control es mi arma, el miedo mi herramienta
Cada lágrima ajena, es una victoria lenta
En mi egoísmo, extremo, encuentro mi propia condena
Quiero el sabor que a mi alma envenena
En esta noche interminable, el vacío es mi hogar
Mi egoísmo es mi guía, mis cuchillos, mi altar
Abigail, el reflejo de mi propia condena
Quiero el sabor que a mi alma envenena