En los días grises, cuando el dolor nos visita,
Y las lágrimas son compañeras del silencio,
Quiero recordarte que la vida es un milagro,
Y en cada latido, aún hay un motivo para soñar.
Porque mientras hay luz en sus ojos,
Hay un camino que aún no se ha recorrido,
Que cada sonrisa es un rayo de sol,
Y en su lucha, tú serás su abrigo.
Pero si el cielo decide que ya es hora,
Y sus manos empiezan a dejar de aferrarse,
Quiero que sepas que es un rayo de sol,
Y en su lucha, tú serás su abrigo.
Pero si el cielo decide que ya es hora,
Y sus manos empiezan a dejar de aferrarse,
Quiero que sepas que no es un adiós,
Es un hasta luego, en otro lugar donde habrá paz.
En la despedida, las palabras son un bálsamo,
Y el amor que queda es la brújula hacia la calma,
Deja que el perdón sane las heridas,
Y que el silencio se llene de despedidas.
Entre luz y sombra, caminamos sin saber,
Pero en cada paso, hay un propósito que entender,
La esperanza o el adiós, ambos son un acto de amor,
Y en ambos, hay un nuevo amanecer.
Porque mientras hay vida, hay fe en el corazón,
Y si llega el final, será con gratitud y amor,
Que la luz o la sombra sean nuestra guía,
Y que en cada paso, haya paz y armonía.