Alguien me dijo: observa tu destino, no hay vida entre esos muertos palidecidos, tus ilusiones, serán prisiones. Aprovecha de tu cuerpo antes de ser un muerto. Un muerto. Te vas vendiendo, te vas muriendo, pues nadie ama a los mendigos, ¿entiendes lo que te digo?. Muere, si quieres ser amado, amado, amado. Me repitió angustiado: Nadie ama a los mendigos tan solo son compadecidos.