Oíd mi grito, como maldigo: vuestras familias y vuestros triunfos. Algo mas viejo, algo mas perro, desesperado, busco mi signo. Perdida la inocencia, perdida mi niáez quedaron en mi barrio, enterradas con el. Y solo me queda, lo que he perdido, en mi memoria, de hombre podrido. Todas las muertes, que provocasteis, tanto suicidio, tanto fracaso. Enloquecido escupo, palabras sin sentido, mas no penséis que olvido, todo lo que he perdido. Sabéis que poco a poco, me estáis volviendo loco. Tenedlo siempre en mente, os odio hasta la muerte.