Con una milonga de estas
la maáana se me limpia.
Salgo a pelearle a la suerte,
y me llevo una caricia,
sintiendo que me hago fuerte
si aprieto una mano amiga.
Y aunque me espera el cansancio,
la tristeza o la rutina,
siento, al cruzar cada esquina,
como mi canto protesta,
cuando voy pensando cosas
con una milonga de estas.
Con una milonga de estas
vendré cantando el regreso.
Buscaré la estrella nueva
que tiembla sobre mi pecho,
y le daré mi moneda
de milonga como un beso.
Y cuando sobren preguntas
porque algo falta en la mesa,
tendremos siempre tibieza
para buscar la respuesta,
y un día la encontraremos
con una milonga de estas.