Tendre que vender la casa, porque todo aquel que pasa, me pregunta por la dueáa. La voy a vender barata, ya que a mi no me hace falta, porque yo tengo vivienda. Para ti si mal la vendo y tan solo siento, los sacrificios vividos cuanto dolor. Como se marcho esta ingrata sin sentimientos, dejando marchito el nido de nuestro amor. El dia que me dio su mano, sellamos el serio pacto de amarnos hasta la muerte. Pero todo salio en vano, y por un amor tirano puso a tambalear mi suerte. Pero a Dios el poderoso yo le he pedido, que me mantenga impacible ante el dolor. Y que me sorprenda un dia con el olvido, y cambie por alegria mi desilución. Todavia me siento joven, aunque ese golpe tan noble me pudiera derrotar. Pero Dios prueba a los hombre y jurro que por mi nombre me voy a recuperar. Y tengo que conseguirme una muchacha, que olvide lo sucedido y me pueda amar. Que comprenda que el anillo ya no hace falta, que no solo el matrimonio es felicidad.