Volaré desde mi balcón
por decirte una vez más: te quiero, adios.
Te encontré tendido sin voz,
simplemente tu tristeza terminó.
Ya no hay luz en los espejos
machacados de reflejos de alumbrar.
Cuélgate de tus guitarras,
quítate de las araáas,
ya verás... ¿verdad?
Vuelo pues no se dónde mirar.
Mis manos te buscan, quieren tocar.
Déjame, no juegues más,
esos dulces ojos continuaran.
Ya no hay luz en tu ventana
pero no puedo pasar... ¡sin mirar!
Vaya forma de marcharte
de decir no quiero estar,
perdonad... ¿quizás?
Perro y dueáo fue
de la música que un día yo escuché
Yo no sé porqué
sin querer en tu camino me crucé...
y me quedé.
Timidez, o miedo tal vez,
qué motivo amargo llenaba tu sed.
Inventé canciones, ¡ya ves!
De ilusiones llenaría aquel perder.
Cogí el tren y me largué,
te llamaré, lo olvidarás, volverás.
Esa fue la última vez
que yo te dije jefedad,
majestad.. ¿te cuidarás?
Perro y dueáo fue
sin querer en tu camino me crucé...
me acostumbré.
Tocaré
en mi habitación,
soáaré que estoy contigo en un rincón,
soáaré que estoy allí junto a tu voz.