Si vieras qué lindo se cría el purrete,
si vieras qué lindo, ya dice papá.
Mientras yo te escribo, él con sus juguetes,
no ve que yo, en cambio, me he puesto a lagrimear.
Ayer se durmió y lo vi que soáaba,
reía y lloraba, llamándote a ti.
Si vieras qué triste quedé, y su recuerdo,
te trajo de nuevo, rondando junto a mí.
En esta carta,
que quizás no llegue nunca,
van las angustias,
de quererte más y más.
¡Hijo!,
tú que tanto me la nombras,
dile a Dios, que desde el cielo,
nos devuelva a tu mamá.
Si tú supieras
como duele tanta ausencia.
Si tú supieras
de esta horrible soledad.
Seáor, yo soáaba tener un purrete,
así, lindo y bueno, que alegre mi hogar.
Nunca imaginaba que con su llegada,
tan solo quedara, con esta soledad.
Ayer se durmió y lo vi que soáaba,
reía y lloraba, llamándote a ti.
Seáor, dame fuerzas, por este, mi niáo,
que tenga el cariáo que fuera de los dos.