Si no tuviera miedo al oscuro porvenir
Quizá me atrevería a volver a por ti
Tierra revuelta y fría bajo un cielo gris
Viento del norte agita la hierba en el jardín
Ya despuntaba el día cuando desperté
Pintaba de escarlata la cama y la pared
La última botella en el suelo del salón
Aquella madrugada el viento al fin cesó
A veces me da por pensar
Justo antes de dormir
En el cuchillo de trinchar
Que se oxida junto a ti
Era ya muy tarde cuando decidí
Pico y pala en mano salir hasta el jardín
Los charcos reflejaban el rojo y el azul
Los perros husmeaban sobre tu ataúd