Me dejaste tirado le dijo y cruzó la puerta
Se fue solo pateando las piedras que le iban cayendo del pecho
Y así anduvo sin prisa, sin nada, sólo su luto negro
Negro ese lunes de los demonios, abrió la herida y cerró los ojos.
Sin ver buscó y encontró caricias
Ahogó su mente como una piedra en el fondo del vino
Se metió de un saque todo lo que pudo
Emprendió su camino hacia adentro, hacia sus laberintos
Y fue todo lo que nunca quiso para volverla a ver
Qué importaba en ese momento negociar el alma...
En la mesa de los condenados firmó la sentencia de su rendición.
Cuántas veces la luna lo encuentra aullando bajito
Afilando los dientes, murmurando un cuento
Que le dice que la historia puede terminar feliz
Volviendo a nacer...
Su camino es una procesión que no se termina nunca
Arrastrando cadenas va ciego, bosque de terror
Escondiendo la cara sin verse, porque no quiere verse
Una vida infinita de noche en el fondo del mar
Esta es la canción que me pidió para sus funerales
Piensa que va a morir, que la oscura se puede apiadar
Y sentada a su izquierda en un bar le susurre al oído
Vámonos a otra parte, la fiesta tiene que empezar...
Cuántas veces la luna lo encuentra aullando bajito
Afilando los dientes, murmurando un cuento
Que le dice que la historia puede terminar feliz
Volviendo a nacer...