Buenos Aires y una gaita
junto al Río de la Plata,
que llora gaitas ausencias
por su boquilla mojada.
!Qué depre estaba el gallego!
Aquí, en la yeca Esmeralda,
meta barrer y limpiar
grela de estantes y cajas.
Por calles grises y lungas
el gallegaje alternaba
embolsicando ilusiones
de costalete a la pampa.
!Qué depre estaba el gallego!
Con la muáeira en el alma
junaba bueyes de luna
entre cachitos de infancia.
Rumbeó hacia la Costanera,
la del Río de la Plata,
y allí se quedó hecho bolsa
fichando muy fijo el agua.
Todo pasó a ser silencio.
Se le hizo humo la gaita,
se tomó el piro el gaitero
y la mufiáa echó alas.
!Qué depre estaba el gallego!
junto al Río de la Plata.
La tarde se ha puesto fule.
!La orilla es de barro y latas!