El agua salada nunca se detiene
Las lágrimas sinceras mojaron los labios.
Es el agua tibia que lava pudores como el
Vino rojo se lleva pesares.
El agua dulce que avanza entre piedras
Salpica con Perlas mi adulta inocencia.
Cerraré los ojos si cae en mi cara
Te encuentro de nuevo parecido a mí.
El agua bendita que todos codician maldito aquel día en que la encontramos
Mojará el vestido de la novia joven y la unión de los cuerpos en la negra noche.
El mar interior de todos los seres
Tesoro preciado de los calendarios
Lavará pecados míos, tuyos muertos
Sin que vidrios rotos tapen este sueño.