Venía tu cuerpo moreno
En el agua rosada del río
Un viento de pena callada
Retorcía los grises olivos
Venía tu cuerpo moreno
Inmóvil y frío
El agua, cantando, pasaba
Por tus dedos rígidos
Venías tan pálido
Soldado, en el río
La boca cerrada las manos heladas
La piel como el lirio
Y una herida roja en la frente blanca
Y una luz de aurora, en los ojos limpios
Qué muerte la tuya soldado del pueblo
Bravo miliciano corazón amigo
Qué muerte más dulce cien brazos de agua
Ceñidos en torno de tu rostro lívido
No venías muerto sobre el agua clara
Sobre el agua clara venías dormido
Un clavel granate en la sien nevada
Y en los ojos quietos dos luceros vivos
Qué pálido y frío
Venía tu cuerpo moreno
Sobre el agua rosada del río