Ven Espíritu Divino
Manda un rayo de tu lumbre
Desde el Cielo
Ven, oh Padre de los pobres
Luz profunda en tus dones
Dios espléndido
No hay consuelo como el tuyo
Dulce huésped de las almas
Mi descanso
Suave tregua en la fatiga
Fresco en horas de bochorno
Paz del llanto
Luz Santísima penetra
Por las almas de tus fieles
Hasta el fondo
Qué vacío hay en el hombre
Qué dominio de la culpa
Sin tu soplo
Lava el rostro de lo inmundo
Llueve Tú nuestra sequía
Ven y sánanos
Doma todo lo que es rígido
Salvación e inacabable alegría
Amén