Nada tengo, nada soy, qué bien
Nada siento, qué le voy a hacer
Me encuentro lindando al fin
El sueño dorado que no elegí
Nada tengo, nada soy, qué bien.
Nada temo, qué he de temer
Me encuentro lindando al fin
El sueño dorado que no elegí
Valió la pena, qué bien
Quietud serena y desdén, qué bien.