En la calle oscura, un niño sin hogar,
Consueños desgastados, su alma a vagar.
El frío de la noche lo abraza sin piedad,
La esperanza se oculta, es difícil de hallar.
Su familia lo olvidó, en un rincón del dolor,
Lomiraron con desprecio, sin amor, sin calor.
Pero un rayo de luz llegó,
Un convento le abrazó.
Allí encontró calor y paz,
Un refugio donde renacer.
Bajo el mismo cielo, juntos a soñar,
Aunque el mundo sea cruel, él nunca dejará de amar.
Creció entre sombras, pero nunca cedió,
Con su esposa y sus niñas, un hogar levantó.
Cada día era lucha, su fe era su voz,
En medio de la tormenta, el amor fue su farol.
Aunque las noches fueran largas, el fuego nunca se apagó,
El el brillo de sus ojos, su esperanza resplandece hoy.
Bajo el mismo cielo, juntos a soñar,
Aunque el mundo sea cruel, él nunca dejará de amar.
La llama de la esperanza, nunca se apagará,
En el abrazo de su familia, siempre hallará paz.
Pero el destino es un ladrón, a veces sin compasión,
Con un giro inesperado, se lleva su ilusión.
Un accidente robó su luz,
En un instante se apagó,
Dejando un eco en el corazón,
De quienes lo amaron, su gran pasión.
Bajo el mismo cielo, juntos a soñar,
Aunque el mundo sea cruel, él nunca dejará de amar.
La llama de la esperanza, nunca se apagará,
En el abrazo de su familia, siempre hallará paz.
Ahora en el cielo, su alma volará,
En un mundo sin dolor, por fin encontrará.
El amor que sembró, florecerá,
Bajoel mismo cielo, su legado vivirá.
Y aunque lo extrañen, su luz brillará,
En cada lágrima, su recuerdo quedará.