Se puede aprender a olvidar o al menos poder soportar
La nada que engendró tu ausencia me empieza a asfixiar.
Desprecio cualquier intención, inmune a toda explicación.
No existe un antídoto cuando se acaba el amor.
Ya no tienes que venir por mí, ya no hay nada más que decir.
Para exorcizarte por hoy y por siempre sin ningún motivo obvio o aparente
Para sortear tantas noches oscuras, tendré que enterrar tus promesas absurdas.
Es estéril recordar momentos que no volverán,
Palabras insulsas cargadas de futilidad.
El tiempo dirá si fui yo ingenuo por decir adiós,
O acaso vos fuiste el cobarde que lo permitió.
Ya no tienes que venir por mí, ya no hay nada más que decir.
Para exorcizarte por hoy y por siempre sin ningún motivo obvio o aparente
Para sortear tantas noches oscuras, tendré que enterrar tus promesas absurdas.