Ojos negros en el cielo de una noche fría.
Labios rojos que me hablaban,
yo no la oía.
Tú tienes cuantos aáos, pregunté...
De repente con una excusa,
le invité un café.
Ojos negros me decían
yo no te conozco.
Y tranquila en las vidrieras
observaba un poco.
Y que le digo ahora, no lo sé.
Una luz se encendía de pronto y pensé,
que este encuentro casual,
no era casualidad, me acerqué.
Cuenta la historia
que a mi encuentro volvió,
una tarde llena de gente
ya casi a las dos.
Cuenta la historia
que a mi encuentro llegó,
algo retrasada y nerviosa,
mirando el reloj.
Ojos negros se encontraba
al cabo de unas horas,
apretada a mí, bailando
una canción de moda.
El ambiente oscuro, me indicó
que el espacio se hacía muy grande,
y que yo sugiriese pasar esa noche
los dos, por qué no.