Fugitivo
Como un rebelde
Viste de morbo negro
Y como Satán
No cree en la felicidad
A sus dieciséis años
Ya no confía en nadie
Va por la calle
No piensa volver a casa
La noche escrita
Está en sus ojos
Al cielo grieta
Su nombre reclama
Es la primera mañana
La hora más cruda
En la puerta de la Iglesia
Ve a los mendigos
Mirándole con recelo
Cae fina la lluvia
Y aún más mojado por dentro
Se aleja para siempre
No volverán a dañarle
Ya se lo traga el día