Me encuentro hoy
Pensando en él ayer
Un hombre singular
Qué perdió el corazón
Bajo el embrujo aquel de esa mujer
Empeño su voluntad
Se volvió ciego y no quería hablar
De esa mujer que vendía placer
Cuenta hoy su historia en su memoria
En cada esquina cuesta más
Te juzgan y miran
Rostros como el mar
Qué pronto quieres olvidar
Muestra el lenguaje de tu piel
Rosas y espinas
Perdiendo al anochecer
Lo que debía y no pudo ser
Saliste un día tranquila
La obligación es un requisito tan normal
Las monedas aguardan a alguien
Tacones erguidos, un maquillaje
Para olvidar que tu amor no espera
La religión condena su tristeza, su dolor