Sombras doradas de otoño, se estiran buscando el calor
Dulce melancolía, dobla en la esquina una brisa fría
Y un viento precoz, cruel erosión, me transformó,
Ya no puedo ser la que fui, ni volver,
Y el suelo cruje a mis pies, puedo contemplar,
La virtuosidad de esta muerte natural.
Natural, Natural
Otoño que incendias los días, encarnas mi alma en tu luz
Tibia tu lengua acaricia, reparas dentro de mí.
La bestia melancólica pasó por acá, no se va a quedar
Me dejó su marca para hacerme acordar, de mí.
Me quedo conmigo ésta vez, me quedo conmigo esta vez
Me quedo conmigo ésta vez.