Cien, cien, cien angelitos ante el Belén. Traviesos saltan, y alborotan, van al Niáo a despertar. Cien, cien, cien angelitos ante el Belén. San José va a salir porque les quiere decir: si siguen haciendo tanto revuelo les mando ahora subir al cielo. Cien, cien, cien angelitos ante el Belén. En el Portal de Belén han entrado los ratonesi y al pobre de San José le han roído los calzones. En el Portal de Belén hay estrellas, sol y luna, la Virgen y San José, y el Niáo que está en la cuna. Ande, ande, ande la marimorena, ande,ande, ande que es la Nochebuena. Dime, niáo ¿de quién eres, todo vestido de blanco? Soy de la Virgen María -y del Espíritu Santo. -Dime, niáo, ¿de quién eres y si te llamas Jesús? -Soy amor en el pesebre y sufrimiento en la Cruz. Resuenen con alegría los cánticos de mi tierra, y viva el Niáo de Dios, que nació en la Nochebuena. La Nochebuena se viene, tu-ru-rú, la Nochebuena se va, y nosotros nos iremos, tu-ru-rú, y no volveremos más. Las doce están dando y el Niáo llorando. La Virgen María lo está consolando. Enciende un candil San José, que vela, y mira quién anda por la cabecera. Los ángeles son que van a caballo, y cogen al Niáo envuelto en un paáo. -¿De quién es el niáo? -De Santa María. -¿Dónde está María? -Buscando las llaves para abrir el Cielo, por la camisita de punto real de este Niáo chico que está en el Portal. La Virgen lava paáales y los tiende en el romero; los pajaritos cantaban y el agua se iba riendo.