En noche lóbrega galán intrépido las calles céntricas atravesó y bajo clásica ventana gótica templo su cítara y así cantó: "Mujer purísima, de faz eufórica que entre las sábanas durmiendo estas, escucha atenta los suspiros lánguidos que entre mis cánticos encontraras". Pero la silfide que estaba oyendole entre las sábanas se arrebujó y díjo: "¡Cascaras! Este gaznápiro viene romántico. No le abro yo". Pero el galante cogió una pértiga y en salto olímpico subir pensó. Pero la cáscara de un verde platano contra un semaforo le despidio. "¡Socorro!" dijo. ¡¡Llamad a un médico!!. ¡Me he roto el píloro y el esternón! ¡Tengo las vertebras en el estomago! ¡Maldita cáscara! ¡¡QUE COSCORRÓN!!