Te imaginas, descalzos en Europa...
En la balanza pusiste,
Un hombre rico, un hombre pobre,
Uno feliz, el otro triste.
Misma persona ¿Qué hiciste?
Cambiaste de relojes,
No es un cumplido, no te sonrojes.
¿Esperaste mucho un segundo aire?
¿Por qué dejaste Buenos Aires?
Sentiste necesidad,
De abandonar, abandonar.
Sentiste necesidad,
De abandonar, abandonar.
Esa casa que tenías,
En una bella colina,
Tu mujer y sus amigas,
Jugaron a las escondidas.
Quién sabe qué camino,
Bajo sus pies, arrepentido.
Silencioso tal vez tranquilo,
Pero con ojos poseídos.